Saturday, August 21, 2010

Peloteros y MLB

Frecuentemente escuchamos la pregunta de cuántos peloteros latinoamericanos hay en Grandes Ligas. Algunas personas incluso se atreven a predecir ¿50%? ¿70%? En realidad el porcentaje es mucho menor pero igualmente importante. En el 2009, 229 de los 818 jugadores en los rosters de Grandes Ligas incluyendo las listas de incapacitados y suspendidos, o un 28 por ciento, eran extranjeros. De ese grupo, 81 habían nacido en República Dominicana, 52 en Venezuela, 28 en Puerto Rico y 14 en México. La cifra disminuyó levemente en términos porcentuales a 27,7 por ciento, 233 de 833, en el 2010, con 85 dominicanos y 59 venezolanos . El año con mayor porcentaje de jugadores extranjeros en los rosters inaugurales fue el 2005 con 29,2 por ciento o 242 de 829.

La percepción de muchas personas podría estar influenciada al mirar la nómina de equipos como los Mets de Nueva York. En el 2010, 18 de los 25 jugadores del roster del primer día de la temporada de los neoyorquinos habían nacido fuera de Estados Unidos: cuatro venezolanos, tres dominicanos, tres puertorriqueños, dos japoneses, un mexicano, un panameño y un canadiense. El gerente general de los metropolitanos, el dominicano Omar Minaya, ha sido clave en ese proceso de globalización pero el suyo no es un caso aislado ya que otros cinco equipos en las mayores tenían, también para el día inaugural del 2010, al menos 10 jugadores foráneos en sus rosters.

Los números de las ligas menores son aun más impresionantes. En el 2009, 3.335 de los 6.973 jugadores de ligas menores, o un 47,8 por ciento, eran extranjeros. En el 2010, 3.370 de los 7.026 jugadores de ligas menores, o un 48 por ciento, habían nacido fuera de Estados Unidos. A pesar que los datos oficiales no siempre distinguen la nacionalidad de los peloteros, la tendencia general es que en un 80% lo constituyen dominicanos y venezolanos.

Pareciera, por las estadísticas en los últimos años, que la cantidad de jugadores extranjeros está cerca de estabilizarse entre un 27 y 30 por ciento en las mayores y entre un 46 y 50 por ciento en las ligas menores, (ver gráfico 1 y 2). Esa explosión representa un fenómeno interesante e importante que merece un breve análisis al estar intrínsecamente relacionado con el proceso de firma y salto al profesional.

Grafico 1: Jugadores extranjeros en los rosters de Grandes Ligas, incluyendo listas de incapacitados y suspendidos, para el día inaugural en los últimos 5 años (Foreign Players MLB)

Año    TJ    JE %
2010  833  233  27,7
2009  818  229    28
2008  855  239    28
2007  849  246    29
2006  813  223   27,4
2005  829  242   29,2

TJ: Total Jugadores
JE: Jugadores Extranjeros



Grafico 2: Jugadores extranjeros en los rosters de ligas menores, incluyendo listas de incapacitados y suspendidos, para el día inaugural en los últimos 5 años (Foreign Players Minor League Baseball)

Año TJ JE       %
2010 7.026    3.370     48
2009 6.973    3.335     47,8
2008 7.021    3.356     47,8
2007 6.701    3.098     46,2
2006 6.568    2.964     45,1
2005 N/A      N/A      45.4


TJ: Total Jugadores
JE: Jugadores Extranjeros


II. Factores que explican el aumento del número de peloteros latinoamericanos en Grandes Ligas y ligas menores

Es difícil identificar un factor en específico que explique el aumento casi exponencial de la presencia latinoamericana en las ligas mayores y menores en los últimos años. Eso se debe a que muchas veces la subida o disminución de las cifras es la consecuencia de hechos internos y externos al juego que frecuentemente son complejos y problemáticos a la hora de cuantificar y definir. A continuación tres de los factores que consideramos más importantes: la pasión por el juego, el racismo y las academias del béisbol. A pesar que hay otros factores que también merecen algunas líneas preferimos enfocarnos en esos tres.

a. La pasión por el juego

La popularidad del béisbol en Estados Unidos y Canadá ha decaído sustancialmente. Para muchos jóvenes estadounidenses y canadienses la práctica de ese deporte no está entre las actividades de esparcimiento o distracción del día a día. El fútbol americano, baloncesto, hockey y fútbol, además de los video juegos y la Internet, acaparan la atención de muchos niños de esos países y generan un vacío que debe llenarse con talento de otras partes del mundo.

Los afroamericanos son el segmento de la población en Estados Unidos que más se ha alejado del béisbol abandonando puestos que terminan en manos de jugadores latinoamericanos. En el 2007, el porcentaje de afroamericanos en las Grandes Ligas fue de 8,2% o la cifra más baja en los últimas temporadas .  Esa nueva realidad cultural y ajena al juego ha generado una serie de criticas de peloteros como Tory Hunter y Gary Sheffield que muchas veces son convertidas en ataques sin base hacia los latinoamericanos. La implementación de algunas medidas por parte de las Grandes Ligas, como el programa RBIs , logró subir el porcentaje de afroamericanos a 10.5 en el 2009, la cifra más alta desde 1995, pero es indudable que falta mucho por hacer para rescatar esa conexión.

En Japón, Cuba, Corea, Venezuela y República Dominicana, por otro lado, el amor por el béisbol sigue más vivo que nunca y debemos destacar la labor de la radio, televisión y prensa locales en promocionar la actuación y éxitos de sus nuevos héroes nacionales alimentando una pasión sin límites que termina sembrando la semilla del sueño de ser grandes ligas en muchos jóvenes. La pasión genera talento, el talento la excelencia y la excelencia triunfos lo que a su vez produce más pasión.

Luego veremos como las Grandes Ligas tienen limitaciones para acceder y firmar al talento en Japón, Cuba y Corea por lo que el sistema de “agentes libres” que impera en Venezuela y República Dominicana es un factor clave que explica el incremento de jugadores de esos países.

b. El racismo

La discriminación racial fue una realidad y excusa utilizada por los equipos de Grandes Ligas para cerrarle las puertas a muchos jugadores negros hasta que Jackie Robinson rompiera esa barrera en 1947. El profesor Adrián Burgos Jr. en su obra “Playing America’s Game” relata cómo el racismo afectó a jugadores afroamericanos y latinoamericanos incluso mucho después de la primera aparición de Robinson.

En un documento elaborado en 1946 por un comité especial conformado por Ford Frick, Sam Breadon, Philip Wrigley, William Harriadge, L.S. McPhail, y Thomas Yawkey, mientras Robinson jugaba en Triple A con los Royals de Montreal, se incluye la siguiente acotación “Una situación podría presentarse, si los negros participan en los juegos de Grandes Ligas, con la asistencia de fanáticos negros en parques como Yankee Stadium, Polo Grounds y Comiskey Park, ya que eso podría disminuir considerablemente el valor de la franquicia de esos equipos .” Otros comentarios incluidos en ese informe dan una idea más clara de que la aparición de Robinson en 1947 fue sólo un primer paso y que la evolución a unas Grandes Ligas sin el fantasma del racismo no iba a ser algo inmediato sino gradual, tal como sucedió y todavía sucede en otras áreas públicas y privadas en los Estados Unidos.

Esa merma paulatina en la discriminación es otro factor que ha permitido que muchos más jugadores, latinoamericanos y afroamericanos, aprovechen oportunidades que hasta hace poco eran impensables. Esta apertura también es la principal razón por la que hoy en día existan managers, gerentes generales y hasta un dueño de equipo latinoamericanos.

c. El negocio del béisbol

La evolución del negocio del béisbol de Grandes Ligas también debe tomarse en cuenta ya que cada vez es más difícil, sobre todo para equipos con recursos limitados, firmar peloteros agentes libres y las primeras escogencias del draft. Eso ha levantado el interés de aprovechar e incentivar mercados, como el latinoamericano, donde existe talento extraordinario a precios más bajos.

El draft, para quienes no están muy familiarizados con el término, es un proceso de selección utilizado por las Grandes Ligas con el fin de distribuir el talento que proviene de los colegios y universidades en Estados Unidos, Puerto Rico  y Canadá, de manera que los equipos con peor récord puedan seleccionar a los mejores prospectos  fomentando un balance competitivo que mantenga la incertidumbre sobre quién se llevará el campeonato y el interés de los aficionados en general. A pesar que en sus inicios el draft también buscaba controlar costos, al eliminarle la etiqueta de “agentes libres” a los jugadores amateurs en Norteamérica, recientemente los bonos que exigen y reciben las primeras escogencias han alcanzado cifras prohibitivas y hacen que algunos equipos prefieran no seleccionar a los mejores jugadores sino a los que puedan firmar.

En los últimos dos años los equipos de Grandes Ligas han invertido alrededor de 320 millones de dólares en la firma de los peloteros seleccionados en las primeras diez rondas del draft. El lanzador Stephen Starsburg, la primera escogencia del 2009, recibió 15 millones de dólares de los Nacionales de Washington por su firma. Para muchos equipos, como mencionamos anteriormente, es más económico y tiene más sentido firmar a cientos o miles de peloteros que son “agentes libres” en República Dominicana y Venezuela, que invertir 15 millones en un solo prospecto que no ha lanzado una pelota a nivel profesional.

Esa nueva realidad económica promociona la firma de más jugadores latinoamericanos elevando las probabilidades que algunos de ellos lleguen a las ligas menores y Grandes Ligas .

d. Las academias

Otro factor importante que ha facilitado la explosión reciente del talento latinoamericano es la evolución del sistema utilizado para identificar y firmar peloteros, tema que luego analizaremos con mayor profundidad. Esa transformación comenzó a observarse con la inauguración de Campo las Palmas en República Dominicana, en marzo de 1987, por los Dodgers de Los Ángeles.

En términos generales, las academias en República Dominicana y Venezuela permiten a los equipos de Grandes Ligas evaluar y firmar al talento latinoamericano de una manera más efectiva y a mucho mayor escala a como se hacía anteriormente. El negocio de las academias también ha probado ser muy efectivo al controlar los costos que generan la firma de los jugadores mediante la utilización de distintas prácticas, algunas poco éticas , lo que sirve para motivar aún más la presencia de los equipos .

Una consecuencia de las academias de béisbol ha sido la creación de las ligas de verano o summer leagues en República Dominicana y Venezuela, ya que resulta imposible mandar a todos los peloteros firmados a los Estados Unidos para que puedan iniciar sus carreras profesionales debido, entre otras cosas, a límites en el número de visas de trabajo disponibles por equipo.

Las academias y las ligas de verano, conformadas casi exclusivamente por venezolanos y dominicanos, son dos acciones de las Grandes Ligas que incentivan la producción de jugadores latinoamericanos.

III. Conclusión

Esos factores han permitido que muchos más latinoamericanos firmen y lleguen a las mayores y ligas menores generando la sensación, en algunas personas, que son mayoría.

Los números sólo reflejan la presencia de jugadores relativamente exitosos y opacan a la gran cantidad de jóvenes, alrededor de un 95%, que terminan fracasando y regresando a sus hogares, en muchos casos, con poca actividad a nivel profesional y sin ningún tipo de educación formal. Para esos jóvenes la ilusión y sueño de ser pelotero Grandes Ligas se convierte en una pesadilla que los afecta por el resto de sus vidas, especialmente a quienes lo hicieron con el deseo de ayudar a sus familias a salir de la pobreza.

Algunas veces el fracaso de los jugadores se debe a la falta de talento pero en muchos otros casos es la consecuencia de abusos, desconocimiento y errores que podrían evitarse fácilmente.